Descubriendo publicaciones

Skip Navigation LinksPoesía > Nueva publicación

MI VIDA EN LAS MÁRGENES DE LA CELEBRIDAD

Me senté aterrado en las rodillas de Beatriz Lehmann temiendo que fuese una muerta viviente;

hallé vivos a Laurel y Hardy en el Hipódromo de Liwishan y estaban felices con mi risa;

me incliné ante la Reina María, viuda de Jorge V, en el Parque de Greenwinch y desde su limusina color de media noche asintió graciosamente de vuelta;

fui revisado en tenida de gala por el Mariscal de Campo Montgomery: sus ojos azul cian pasaron a veinte pulgadas de los míos y se marchó en un coche a prueba de balas;

canté para Waughan Williams, su gran cabeza hundida en el chaleco, ni despierto ni dormido;

observé a Jonathan Miller alzar un ratón blanco por la cola y meterlo para mi en una botella asesina como una ilustración de alguna cosa u otra;

ví a Frank Swift alzar un balón en una sola mano;

esperé a un costado por mi propia entrada mientras Oliver Sacks interpretaba la Danza del Fuego de Falla con una orquesta y un público deleznables;

pregunté a T. S. Eliot qué estaba escribiendo y su respuesta deberá mantenerse en secreto;

toqué la cortina de Dennis Potter en su primera actuación pública haciendo el papel de un dramaturgo franco rumano;

troté sobre las trémulas cubiertas de un trasatlántico junto a Burt Lancaster que era muy pequeño y sonreía con su sonrisa burlona característicamente delicada;

me ofrecieron quedarme en mi primer trabajo pero decliné caballerosamente y fui sucedido en el cargo por el Earl de Gowrie;

conduje a Edward Albee a las cataratas del Niágara donde quedó en silencio entre árboles densamente congelados;

sostuve a Sam Mendes en mis brazos, pero él estaba más interesado en la colección de pornografía japonesa de su padre;

me saqué las telarañas que me había rociado por el pelo David Attenborough;

jugué cabezas-cuerpos-y-piernas con Henry Moore;

el Poeta Laureado me envió rimas de sus versos que yo tristemente me negué a publicar;

pasé a Debra Winger un vaso de vino sin decirle quien yo era;

jugué contra William Golding su Defensa Francesa e infiltré el Caballo del Rey en d6 y no pudo evitar perder una pieza;

Y todo esto es verdad, y la vida no es sino una trazo de polvo entre las estrellas;

que así sea olvidado lo no recordado; y también lo recordado;

que la muerte sea muerta, y también lo sea la vida.

(Traducción: Juan Cameron)

John Fuller nació en Ashford, Kent, el 1° de enero de 1937. Ha publicado "Piedras y fuegos" (1996), "Ahora y por un tiempo" (2002) y "Canción y danza" (2008) entre una veintena de libros. Este año 2012 le fue editada su Selected Poetry.

Etiquetas

John Fuller
Juan Cameron

Compartir en :

Facebook Twitter DZone It! Digg It! StumbleUpon Technorati Del.icio.us NewsVine Reddit Blinklist Add diigo bookmark

Artículos

Grupo de poesía Trilce

Un día de abril de 1964, desplazándome por los pasillos de la Universidad Austral de Chile, se me ac...

Chávez Casazola en Chile

Invitado por Omar Lara al Primer Encuentro Internacional de Poesía de Los Artistas del Acero, en Con...

José Ángel Cuevas y el cadáver de un país

Durante los 80 se concreta el asalto al Fisco y los saqueadores quiebran o venden su tajada de país ...

Sobre el Encuentro Luis Vidales en Colombia

El poeta Carlos Vidales, hijo del recordado autor colombiano Luis Vidales, protesta por el uso del n...

Un libro para ciegos

La obra se imprimió en versión tinta y Braille, durante el año 2010, en los talleres de la Bibliotec...