Retorno
Poemas de Edwin Madrid
Edwin Madrid
Resulta inútil
Una mujer inunda la habitación,
ella se burla al ver mi cuerpo
desnudo.
Tengo treintaidós años
no puedo negar
que me ha crecido el estómago,
tal vez,
la falta de ejercicio
o simplemente el disfrute de
la gastronomía
A excepción del estómago, mis pies
son huesudos,
tanto que dejan ver la estructura ósea
del tobillo y el
contorno bien definido de los talones,
que sirven para soportar el peso de
mis piernas de pantorrillas
fuertes y muslos
perfectos, en los que sobresalta
la cicatriz enorme de la rodilla
izquierda,
es mi recuerdo imperecedero de la
pasión por el deporte.
Yo, adolescente pasaba en la
cancha, ocho y
hasta diez horas diarias, lo
que dan cuenta mis
nalgas firmes y delineadas,
como los lejores
biceps de un
físico-culturista.
Luego, está el
estómago, objeto de burla,
tiene un ombligo que cada vez
parece estar más adentro, pero
viéndolo bien provoca
una sensación armoniosa con mi
triángulo de amor de vellosidad
abundante, donde
anida el animalito más infiel del
hombre, que en mi caso, y
según esta mujer que se burla
es la cosa más divina
que tengo:
por eso resulta
inútil que siga
describiéndome.
Noches de Granada
Estoy en Granada
El sol pica la piel y
tu recuerdo pica mi corazón.
¿No sé que hago junto al Lago de Nicaragua?
Es un mar que topa los volcanes
y yo me hundo en las aguas negrísimas de tus ojos.
Voy de isleta en isleta
mirando como viven los nicaragüenses
¿Qué hago en Nicaragua,
38 grados a la sombra,
si mi nostalgia por ti
alcanza los 40 grados en la noche?
Granada,
ciudad de casas azules y verdes y amarillas
e imagino que en aquel patio de paredes rojas
tú bailas y me esperas
mas yo solo
recorro las calles
en busca de una de una lata de cerveza.
¿Qué hago aquí?
Gioconda Belli lee sus poemas
y Cardenal
y otros cientos de poetas
pero ningún poema dice
cuánto te extraño estas noches.
Tres amigos
Mi mujer me obsequia tres libros de poemas. Sabe bien
que son poetas que quiero y admiro:
Paul Muldoon, irlandés que conocí en Isla Negra
y aunque no sé ni pío de irlandés y él tampoco
hacía esfuerzo por hablar ecuatoriano,
disfrutamos del vino chileno.
Nuno Júdice, poeta retraído, de buen trato.
portugués que conocí en Brasil bebiendo cachaza.<
Y, Vicente Gallego, un español
que lleva aretes y los pelos en punta, con quien
bebí hasta que nos echaron de la Caixa de Madrid.
No he leído la poesía de ninguno
pero me he emborrachado con ellos.
Ahora, con grandilocuencia, leo sus poemas
y mi esposa empieza a preocuparse
por mis amigos imaginarios.
Esbozo biográfico
Edwin Madrid, Quito, 1961. Diploma Superior en Letras por la Universidad Andina Simón Bolívar, Estudios en Ciencias Económicas, Universidad Central del Ecuador.Ha publicado los siguientes libros: Poesía: !Oh! muerte de pequeños senos de oro (Quito, 1987); Enamorado de un fantasma (Quito, 1991); Celebriedad (Quito, 1992); Caballos e iguanas (Quito, 1993); Tambor sagrado y otros poemas (Quito, 1995); La tentación del otro (Quito, 1995); Puertas abiertas (Quito, 2000). Consta en la antología latinoamericana Poesía viva (Bogotá, 1993); La joven poesía hispanoamericana (Buenos Aires, 1995); Antología de la poesía latinoamericana: el turno a la transición (México, 1997); Memorias II Festival de Poesía Eskeletra'98 (Quito, 1998).Se ha desempeñado como periodista cultural para diversos diarios nacionales y del exterior. Textos suyos han aparecido en revistas y periódicos así como en las antologías más importantes de Ecuador y Latinoamérica. Ha obtenido los premios:Premio Nacional de Poesía Joven "Djenana" Guayaquil, 1989; Premio Nacional Escritores Ecuatorianos de los 90, Quito, 1991 y Tercer Premio en la III Bienal Nacional de Poesía Ecuatoriana, Cuenca, 1995; En el 1992 fue semifinalista del Premio Casa de las Américas en Cuba con su libro: Caballos e iguanas, Premio de Poesía Casa de América 2004, Madrid-España.
Publicado por
Edwin Madrid
Edwin Madrid